Te ha sucedido, que alguna vez has tenido lazos con algunas personas que, de cierto modo ¿te presionan?

Un lazo: como un familiar en común, como un hijo, una mascota; algo que te obligue a mantenerte en relación con esas personas y, que esas personas te significan tanta presión, porque te limitan, porque coartan tus acciones, porque te exigen ciertas actividades, porque te exigen, te exigen.

Exigen porque tu se lo has permitido, por llevar la paz. Incluso preguntan ¿Qué haces? como si tu obligación fuera solo cumplir con ellos, ¿Por qué lo estás haciendo? como si tuvieran el derecho a decidir en tu vida; observa la edad que tienes ¿Quién tiene derecho a decirte o a decidir que tienes que hacer? 

¿Y tú simplemente lo permites?

Claro que tienes algunas consecuencias como que te alteras, te sientes triste, te deprimes.

Y te preguntas ¿Por qué tienes que tolerar esta situación? De repente, en algún momento de la noche, en la mañana o tal vez conforme va pasando un poco de tiempo, te das cuenta que se acabó ese lazo; quizá los hijos crecieron, quizá se acabó el amor, quizá esto, quizá aquello, quizá...

Lo que pasa es que se acabó el lazo y un día te sientes en una situación muy extraña, de una forma muy extraña y, piensas: ¿y ahora qué? 

Déjame decirte que tal vez sientes, como qué no sabes dejar esa situación, no sabes acabar con ese lazo, te das cuenta que el lazo terminó y no sabes qué es lo que continúa...

Pues en este momento te invito a que resurjas, qué veas que esa situación del pasado, ya no sigue molestando tu presente y sobre todo que evites que vaya a tu futuro, acuérdate que ese lazo terminó por lo que haya sido, por la situación que haya sido y de la forma en la que haya terminado, simplemente se terminó; ahora lo que tienes que hacer es pensar en ti, planear o si no, si no te pones a planear simplemente decide tres o cuatro pasos más que hacer a partir de ahí, por ejemplo si un hijo se casó y se fue a vivir a otra parte, simplemente ocupa tu tiempo, decide ahora soy yo; 

Ahora, ¿Qué quiero yo? 

Ahora, ¿Qué necesito yo? 

Ahora, ¿Qué haré para sembrar hoy el futuro que cosecharé mañana?

¿Qué es lo que tengo que hacer? 

¿Qué es lo que quiero hacer' 

¿Qué es lo que me place?

En ese momento plasma en tu lista 3, 4 puntos, tu sabes los que tú quieras plasmar, lo importante es: ¡Resurge, resurge, resurge! 

Dedica ese tiempo, ese espacio para ti, observa a quien o a quienes no estabas atendiendo, porque estabas priorizando lo que tenías antes y ahora, dedícate a ti y a esos puntos que tú dejabas de lado, pueden ser cosas que te agrade hacer y dejaste para después; pueden ser personas con quienes te agrada estar, con ella, con él, si no le das ese tiempo que se merece, pueden ser tantas cosas, sin embargo solo tú...solo tú lo sabes.

Por otro lado, no nos equivoquemos; si una persona está compartiendo un lugar, tiene que responder, cooperar con limpieza de áreas individuales y en común; no es la visita, está viviendo allí, utiliza lo que allí hay, lo menos que puede hacer es dejarlo tal como está, limpio, como si nunca lo hubiese utilizado; se descompone, está obligado a arreglar el desperfecto, no se puede arreglar, entonces habrá que sustituir por otro objeto igual, simplemente hacerse responsable de lo que utiliza y sobre todo, a la larga, la persona se hace responsable de su propia vida...

Referencia del video: Vídeo de Piyapong Saydaung de Pixabay