Hace algún tiempo, encontré una pequeña ave, que llegó a mi terraza, era diferente a un gorrioncillo común, no era de los que nos cantan a diario por la ventana, era diferente, era especial, me agradaba y me extrañaba verle, y me pregunté: ¿Qué mensaje vino a traerme?

Llegó en soledad

Expresaba seguridad

Comía lo que encontraba en el patio

Rodeaba mi automóvil, con tranquilidad!

   No le faltaba nada, contaba con vida propia, decidió llegar allí y no preguntó si se le aceptaba o no, su alimento: ¡lo tenía con facilidad! o ¿acaso trabajaba para comprar su alimento? por supuesto que no; ¿se preocupó en seguir algunos pasos para decidirse a cambiar de ubicación? para nada, entonces ¿porqué las personas nos estamos complicando por todo y por todos?

   Aprendamos a vivir sin cargas, a que lo que le pasa a tu hermano, a tu vecino, es algo que también va a pasar, si te pide ayuda, ve como la necesita y si está en tu mano, dásela, si no lo está, dile con la normalidad del mundo, lo siento no está en mis manos; no pasa nada, lo que sucede es que no era tu oportunidad de ayudarle, no era el momento de que tu amistad solucionara su situación, quizá no eras la persona indicada para proveerle esa solución, que tu tranquilidad sea que siempre sabes: esto también va a pasar...